martes, 1 de abril de 2008

PROGRAMA ESTRATEGICO DE EDUCACION SEXUAL

PROGRAMA ESTRATEGICO DE EDUCACION SEXUAL (2)

Una vez construido el consenso en una institución, a partir de la capacitación en el campo de la sexología clínica y la pedagogía sexual (como lo indicamos en la columna anterior), se debe trabajar a favor de la construcción de un espacio transdisciplinario desde el cual la problemática y temática sexológica se ve como un todo, en su integridad y complejidad.

La realización del Diagnóstico de la Realidad de la Cultura, Salud y Educación Sexual de la Institución Educativa a ser intervenida con un Programa Estratégico de Educación Sexual, revela la necesidad de trabajar a favor del conocimiento, comprensión y valoración de la sexualidad, como un aspecto esencial a la persona humana, que ha alcanzado en lo jurídico y político a nivel nacional, la condición de Derecho, según el Artículo 50 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y el Adolescente (LOPNA), en el cual leemos: “Salud Sexual y Reproductiva. Todos los niños y adolescentes tienen derecho a ser informados y educados, de acuerdo a su desarrollo, en salud sexual y reproductiva para una conducta sexual y una maternidad y paternidad responsable, sana, voluntaria y sin riesgos. El Estado, con la activa participación de la sociedad, debe garantizar servicios y programas de atención de salud sexual y reproductiva a todos los niños y adolescentes. Estos servicios y programas deben ser accesibles económicamente, confidenciales, resguardar el derecho a la vida privada de los niños y adolescentes y respetar su libre consentimiento, basado en una información oportuna y veraz. Los adolescentes mayores de 14 años de edad tienen derecho a solicitar por si mismos y a recibir servicios.”.

A partir del conocimiento, los valores, las actitudes positivas, el respeto y la comprensión de todos los aspectos que definen la sexualidad humana y las implicaciones en el desarrollo, bienestar y felicidad individual, en la pareja, la familia, las organizaciones y la socio-cultura en general, se puede realizar en conjunto y de forma creativa, con los niños, adolescentes, jóvenes y adultos toda clase de programas, estrategias y actividades y conseguir recursos y ejecutar actividades de carácter permanente, a favor de la prevención de los problemas que amenazan a los estudiantes y a las comunidades en general, como el VIH-SIDA, los embarazos en adolescentes, los abortos, la violencia sexual a niñas, niños y mujeres y toda clase de disfunciones y conflictos sexuales que se dan al tener vida sexual adulta, tanto hombres como mujeres.

Creado un espacio personal, socio-cultural, pedagógico de salud sexual en los adultos se extiende de manera natural a los niños, niñas y adolescentes, lo cual permite introducir toda clase de alertas en todos los ámbitos del comportamiento sexual. Se puede señalar la deformación, violencia, negocio contenida en la pornografía en todas sus formas lo cual contradice o se opone a la salud sexual como un referente que puede ser comprendido, asimilado e integrado por niños y adolescentes como aprendizajes significativos, útiles y de fácil aplicación.

Libres de angustias, censuras, culpas y negatividad hacia lo sexual, nuestros niños, niñas y adolescentes, tienen una valiosa oportunidad para la motivación y orientación en pro de la elaboración proyectos de vida para su vida sexual, como formarse para una vida sexual en pareja con la esperanza que esa vida sea sana, armoniosa y satisfactoria, un objetivo o ideal que muy pocos hombres y mujeres adultos estamos ofreciendo a las nuevas generaciones.
Partimos del principio, que solamente adultos sanos y con armonía sexual pueden ser auténticos, adecuados y efectivos educadores sexuales.
Consideramos que existen pocos temas y programas que ameritan una alta gerencia capacitada y motivada para el cambio, como ésta de la creación y desarrollo de un programa estratégico de educación sexual a nivel de las instituciones educativas de educación inicial, básica, diversificada o universitaria o de otra índole.
El diagnóstico inicial y superficial que venimos realizando desde cuando comenzamos con los talleres de terapia y pedagogía sexual, en función de la creación de los programas estratégicos de educación sexual a nivel regional, municipal e institucional para la prevención del SIDA, embarazos precoces ( ahora en adolescentes) y otros problemas de naturaleza sexológica, lo hacemos de forma sencilla, colectiva y participativa, aunque completamente confidencial, con los miembros de instituciones educativas, religiosas, deportivas, culturales o empresariales. Nos ha revelado con mucha claridad y profundidad, de la necesidad de ese liderazgo o gerencia para el cambio. Aplicando una regla en el seno de la Iglesia: “Sin el Obispo, nada”.
Vamos a compartir con ustedes, algunas informaciones valiosas y útiles sobre este aspecto en particular:
Lo primero que visualizamos ha sido la existencia dentro de nuestros grupos de adultos del género masculino y femenino, aunque oculta y negada, de disfunciones y trastornos sexuales, que la mayoría de las veces no han sido tratadas ni de forma académica, pedagógica y menos en la consulta sexológica en su dimensión clínica. Aparecen así las disfunciones más comunes en las mujeres: vaginismo, anorgasmia (primaria, secundaria, coital o fortuita), orgasmo rápido, coito doloroso o dispareunia. En los hombres: la disfunción eréctil (impotencia) que puede ser primaria o secundaria, la inhibición de la eyaculación que comprende la eyaculación retardada o anorgasmia (en el hombre se diferencia la eyaculación del orgasmo) y el coito doloroso. Lo anterior se conoce como las disfunciones sexuales más comunes en hombres y mujeres.
Luego continuamos la descripción y visualización de algunos trastornos más comunes pero menos tratados, los cuales son comunes a hombres y mujeres: las aversiones, fobias y angustias sexuales que llevan a los adultos a rechazar por todos los medios y de distintas formas hasta el tratamiento pedagógico del tema sexual en sus vidas y con más fuerza en las instituciones donde ejercen funciones de dirección o liderazgo. Otros trastornos lo comprenden la incapacidad de practicar una conducta sexual efectiva (ilustro este trastorno como los o las jugadoras de bolas criollas que ni arriman ni bochan), la ignorancia sexual, evitación inconsciente de una sexualidad satisfactoria, el temor al fracaso sexual, demanda de realización, la necesidad excesiva de satisfacción a la pareja, defensa perceptivas e intelectuales contra los sentimientos eróticos (hace que se enmascaren en farisaicos e hipócritas moralismos, típico de los o las santurronas), rol del espectador y el trastorno que hemos mencionado en anteriores artículos y el más común, la INCAPACIDAD DE COMUNICACARSE sobre temas sexuales, inclusive en la relación de pareja que los convierte en ciegos, sordos, mudos y tontos en un espacio y función fundamental para el cultivo, sostenimiento de la salud y armonía sexual. Sin comunicación crece el abismo, la soledad, el aislamiento, la insatisfacción que puede ser causa de todas las disfunciones y trastornos sexuales.
Un gerente incapaz de asumir con su grupo de seguidores o colaboradores un sincero y honesto autodiagnóstico sexual, consideramos que se excluye de toda posibilidad de gerenciar y liderar este tipo de programa sexual.

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