martes, 1 de abril de 2008

LA SALUD SEXUAL DEL CAMPESINO Y EL TURISMO RURAL

En 1960, con la firma del ejecútese de la Tercera Ley de Reforma Agraria se celebra en Venezuela el 5 de marzo el Día del Campesino. Cuarenta y ocho años de marginalidad, exclusión y engaños con respecto a los propósitos de esa Ley y de la celebración de ese Día. Entre ellos la eliminación definitiva del sistema latifundista que, secularmente, imperaba en el país. Buenas intenciones y maravillosos discursos los campesinos han venido escuchando de los Presidentes de Venezuela, Ministros, Líderes Campesinos y políticos en general desde cuando en el Campo Carabobo, Rómulo Betancourt firmó esta Ley. El país bajo la dirección del Estado y los sucesivos gobiernos tomaron el rumbo contrario al desarrollo del campo, de su agricultura, su ganadería y por ende el desarrollo de la calidad de vida del campesino que está asociado a la tenencia de la tierra, la educación, las vías de transporte, los servicios médicos, la asesoría técnica, el financiamiento, la seguridad y protección social. Sobre todo la valoración de su condición de campesino y del fruto de su trabajo, que representa la Seguridad Alimentaria de todo el país.
En este contexto general nos vamos a referir a la salud sexual del campesino y campesina en relación al impacto en el turismo rural y el desarrollo sustentable. Nos encontramos todavía a mujeres campesinas de veinte años, con una numerosa familia de cinco o más hijos, esperando un nuevo nacimiento y con las dudas en su mente de si aprueba la esterilización que le indican los médicos que la atienden, por aquello que se le ha enseñado a través de los tiempos, de que hay que tener los hijos que Dios mande. El último criterio lo tienen los maridos, quienes no paren y quieren como sus antepasados alcanzar por lo menos la docena. Costumbres, mentalidad, prejuicios, mitos y comportamientos sexuales que se convierten en terribles cadenas sobre el frágil mundo del campesino y sobre todo de la mujer. En el campo son muy frecuentes los embarazos en adolescentes, por cuanto como en nuestras familias aborígenes, nuestras niñas con la menarquia pasan automáticamente a adultas.
Con el turismo rural la problemática del SIDA que está afectando a los pobladores de los centros urbanos se está expandiendo también, sin ninguna barrera cultural, educativa, médica de protección a las poblaciones campesinas que se convierten por sus condiciones específicas en poblaciones altamente vulnerables.
Con el nuevo currículo de la educación bolivariana se enciende una luz entre las sombras por cuanto contempla llevar la educación sexual al campesino. Estamos apoyando desde la UNET este compleja y difícil labor del docente con el Programa de Aproximación a la Cultura, Salud y Educación Sexual en los Ambientes Rurales que cumplió un año de creado el pasado 12 de febrero.

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