El 01 de diciembre de 2006 se daba la siguiente información por parte del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información: “El Estado venezolano garantiza atención y tratamiento antirretroviral de alta eficacia y de forma gratuita a 18 mil 243 personas, así como a más de mil pacientes con enfermedades oportunistas. Inversión que supera los 100 mil millones de bolívares en la compra de medicamentos para todas y todos los venezolanos que los requieren.”
En el 2005 leímos una publicación de la Corporación Regional de Salud del Estado Táchira, que informaba de la dotación de antirretrovirales a 310 pacientes controlados para una inversión de 300 millones de bolívares mensuales.
Conversaciones que tuvimos recientemente con un familiar de un paciente de SIDA, nos señalaba que una dosis de un antimicótico costaba a la familia 800 mil bolívares, esto es para combatir una de las enfermedades oportunistas, que generalmente corre por cuenta de los familiares.
Más allá de las estadísticas de pacientes o portadores se encuentra un ser humano mortalmente herido y su núcleo familiar.
Podemos tener los pensamientos, sentimientos, actitudes y comportamientos que nos describe Jesucristo en la Parábola del Buen Samaritano (Lc.10,30-37): El sacerdote que al ver al herido pasó por el otro lado de la carretera y siguió de largo. Lo mismo hizo un levita al llegar a ese lugar: lo vio, tomó el otro lado del camino y pasó de largo. Pero llegó cerca de él un samaritano que iba de viaje, lo vio y se compadeció. Se le acercó, curó sus heridas con aceite y vino y se las vendó. Luego se lo traslado a un hotel y pagó los gastos de cuidado y se comprometió con los gastos futuros a su vuelta.
En el Táchira tenemos a la vista las estadísticas de los infectados que están controlados por la Corporación de Salud. Basta con visitar la Página www.corposaludtachira.gov.ve y entrar a la Sección SIDA-ITS y encontraremos un cuadro estadístico que nos muestra la evolución de la epidemia en nuestra población desde 1.987 hasta el 2006. Allí encontramos que se acumularon 352 casos durante diez años (1.987-1.997) y luego vemos el crecimiento a sabiendas que esos datos corresponden a un subregistro. Estos son los datos años tras año: 86 en 1.998; 120 en 1.999; 149 en 2000; 175 en 2001; 173 en 2002; 189 en 2003; 181 en 2004; 193 en 2005; 142 en 2006. Un acumulado general de 1.769. Si tímidamente multiplicamos por 10 este acumulado, tendríamos una proyección moderada de 17.690 portadores del VIH en el Táchira.
La ignorancia, el silencio, las actitudes de indiferencia, los prejuicios y tabúes sexuales de la gran mayoría de la población comenzando por los líderes de todos los sectores son los factores que mantienen las condiciones de la expansión de esta epidemia mortal. Hoy, 23 de mayo Día Nacional para la Prevención del SIDA, cabe la pregunta:¿Qué estoy haciendo yo y mi institución? ¿Pasamos de largo a algo que nos puede alcanzar a todos?
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