martes, 1 de abril de 2008

LA MASTURBACION EN EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA

LA MASTURBACION EN ELCATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA

Los Católicos del Mundo, tenemos en el Catecismo de la Iglesia Católica publicado en 1.992, una referencia muy valiosa, para orientarnos de manera general en asuntos de la doctrina sobre los aspectos que nos definen como hombres y cristianos, condición doble que la expuso en forma sencilla Jesucristo, con aquellas palabras de:”Dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” y que el Papa Benedicto respecto a la Sexualidad Humana en su Primera Encíclica Deus Caritas est o Dios es Amor, dice entre otras cosas: “Al principio hemos hablado del proceso de purificación y maduración mediante el cual el eros llega a ser totalmente él mismo y se convierte en amor en el pleno sentido de la palabra. Es propio de la madurez del amor que abarque todas las potencialidades del hombre e incluya, por así decir, al hombre en su integridad.”. Nº 17.

En la perspectiva de un proceso de terapia y educación sexual que nos lleva a la salud, armonía sexual y calidad de vida y de purificación que siempre será el camino de la fe y la experiencia de todo auténtico fiel cristiano y procurando la integración de las ciencias y la fe cristiana en el campo de la sexología, llamado universal en todos los asuntos que exhortó el Concilio Vaticano II, a lo intelectuales y científicos del mundo, hoy Jueves Santo, presentamos a nuestros lectores el numeral 2352 del Catecismo anteriormente mencionado:

“Por masturbación se ha de entender la excitación voluntaria de los órganos genitales a fin de obtener un placer venéreo.”Tanto el Magisterio de la Iglesia, de acuerdo con una tradición constante, como el sentido moral de los fieles, han afirmado sin ninguna duda que la masturbación es un acto intrínseca y gravemente desordenado”. “El uso deliberado de la facultad sexual fuera de las relaciones conyugales normales contradice a su finalidad, sea cual fuere el motivo que lo determine”. Así, el goce sexual es buscado aquí al margen de la “relación sexual requerida por el orden moral; aquella relación que realiza el sentido íntegro de la mutua entrega y de la procreación humana en el contexto de un amor verdadero”(CDF, decl.”Persona humana” 9).

Para emitir un juicio justo acerca de la responsabilidad moral de los sujetos y para orientar la acción pastoral, ha de tenerse en cuenta la inmadurez afectiva, la fuerza de los hábitos contraídos, el estado de angustia y otros factores psíquicos o sociales que reducen, e incluso anulan la culpabilidad moral.”. Hasta aquí la cita.
En una sociedad que ha recorrido más de un siglo en la conquista de los derechos sexuales en lo político, jurídico, religioso; ¿cómo podríamos aplicar eso de “la responsabilidad moral de los sujetos” y sus implicaciones pastorales, pedagógicas, dentro de unas condiciones sociales, culturales y comunicativas alta y profundamente eróticas?
Dios quiera que la Iglesia Católica desde el Obispo, sacerdotes, religiosas y catequistas asuman con mayor responsabilidad su misión de formar criterios morales adecuados a nuestra realidad y a la realidad de cada fiel cristiano en particular, sobre este tema de la masturbación que estamos tratando en esta columna.

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