martes, 1 de abril de 2008

EL SEXO MAS SABROSO QUE UNA GASEOSA

EL SEXO MÁS SABROSO QUE UNA GASEOSA


Al ser invitado a una conferencia sobre educación sexual para las madres y representantes, de un preescolar de Táriba, por allá en 1.992. Comenzamos la conferencia señalando que fuimos discípulos del Dr. Fernando Bianco y una señora de unos cincuenta años que participaba de la conferencia, nos interrumpió para decir con mucha rabia, que ella no podía ver al Dr. Bianco por televisión, por cuanto un día viendo un programa en una de las televisora nacionales, escucho decir al Dr. Bianco “que hacer el sexo era más sabroso que tomarse una….gaseosa.”. También dijo “que no era tanto las palabras, sino el tono de voz y la expresión del rostro con lo que decía aquello.”. Sentimos que por carambola, si esa era la rabia hacia el maestro, menos no podía sentir hacia su discípulo que estaba allí frente a ella. Peor sentiría cuando durante la exposición transferiríamos el placer, gozo y toda la maravilla de las vivencias orgásmicas que se experimentan si uno tiene salud y armonía sexual.
Encontramos una forma efectiva de neutralizar aquella crítica y ambiente negativo contra el sexo y los sexólogos que se formó alrededor de la intervención de aquella señora ya mayor; salidos como protectora los recuerdos y sentimientos de las enseñanzas simples y sabias de mi madre. Compartimos la opinión de que más vulgar y perversa había sido mi madre, que siendo niño la escuchamos decir, cuando alguno de los muchachos o muchachas del pueblo de El Amparo, habían hecho relaciones sexuales: “Fulano o fulana había comido la dulce con la queso”. Retomé la charla y dimos un paseo por todas la patologías, los principios de la sexología clínica y de la pedagogía sexual, la sexualidad en los niños, según la teoría y los estudios de Freud, publicados en el año de 1.895, la cual produjo inicialmente tanta oposición, inclusive uno de sus colaboradores se distanció violentamente de él, por revelar que los niños tenían sexualidad oral, anal, fálica, etc.
Al terminar la conferencia la señora que odiaba a Bianco se nos acercó y dijo que ella tenía odio al sexo y a los sexólogos, así lo entendió ese noche, que cuando tenía trece o catorce años, llegó su padre de la calle y la encontró viendo por el balcón que daba a una Avenida de Caracas. Se lanzó sobre ella y la agarró a golpes y le decía de forma repetitiva p…, p…, hasta que se le pasó el ataque a aquel enloquecido padre.
Desde ese momento sintió terrible odio al sexo; ya había tenido un fracaso matrimonial debido a sus problemas sexuales y un segundo matrimonio estaba a punto de acabarse por esos problemas.
Hemos tenido la esperanza que con aquella charla y el autodiagnóstico que hizo sobre sus traumas, fobias y disfunciones sexuales; además con las recomendaciones que le dimos, haya buscado ayuda y superado esos problemas y mantenido una relación de pareja, que aunque estaba hecha por amor y con amor estaba al borde del abismo por falta de salud y armonía sexual.

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